Como son estas cosas de las modernidades. Tengo un amigo que se ha ido a Suecia, ¿a Suecia? sí, a Suecia*, a ver a su hija que esta en uno de esos modernos programas "unioneuropeistas" llamados Erasmus. Mis consejos como buen amigo que soy y persona decente y cabal que les quiere mucho, es que dé la mano a su mujer y que no se despegue de ella ni un momento no sea que tengamos que mandar desde España una comisión de rescate en su busca (tengo una gran desconfianza sobre su persona y que pueda vivir mas de cuatro días él solo). Lo importante sobre este tema es que se mimetice en el ambiente como si fuera un sueco más (abstenerse de hacerse el sueco que no es lo mismo) y no se parezca a Paco Martínez Soria (con el que me identifico al cien por cien) cuando este llegó a la estación de Atocha hoy Atocha RENFE, con un cuadro y gallinas bajo el brazo (ole) en una de sus maravillosas películas.
Desconozco si esto de los Erasmus funcionan o no funcionan, o solo son unos meses de turismo para que los jóvenes europeos (y no tan jóvenes) visiten otras latitudes de Europa en busca del conocimiento supremo, pero lo que sí parece, o al menos a muchos padres les viene muy bien, es porque les da la excusa perfecta de visitar otros lugares recónditos fuera de su entorno y de su zona de confort.
(*El hombre desde los australopitecos como poco, han buscado los valles, es decir; la zonas con río, no escarpadas, con mucha vegetación y animales de todo tipo porque en estos espacios naturales la temperatura es y era más alta. Estos antepasados nuestros si no se han ido a vivir la Everest será por algo, vamos digo yo. Por eso de irse a Suecia (siendo español con sus tórridas temperaturas), no lo veo yo tan claro, ¡con lo bien que se tiene que estar en La Habana por poner un ejemplo!.)
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