domingo, 9 de marzo de 2025

76 - AÑO 2000





  Desde hace tiempo, una reflexión me ronda la cabeza: la década de los 80. Al conversar con un compañero de laburo (un guiño a mis amigos argentinos) sobre aquellos años y nuestras luchas sindicales, más que políticas, aunque inseparables, reviví el fervor combativo que nos impulsaba a denunciar un mundo imperfecto, pero que soñábamos con mejorar. Nada nos parecía suficiente. Recuerdo que fantaseaba con volcar coches de lujo en las manifestaciones para protegernos de la represión policial. Era un anhelo revolucionario por transformar y emancipar a la clase trabajadora, mi clase, mis hermanos. En resumen, en la década de los 80 aún creíamos en la posibilidad de cambio, sin imaginar que el futuro sería aún más sombrío.

Hoy, los 80 me parecen un paraíso en comparación con la realidad actual, que percibo como un lodazal. La socialdemocracia, la izquierda liberal y los sindicatos de régimen (como CCOO, al que pertenecí) han sido cómplices de un plan perfectamente orquestado para llevarnos a esta situación deplorable. La socialdemocracia ha cumplido su función, los sindicatos han cedido ante el poder a cambio de subvenciones, y la izquierda parlamentaria se ha convertido en una élite que solo busca perpetuarse en el poder. Este club de privilegiados, que vive a costa de nuestro esfuerzo, no hará nada por nosotros. Sus proyectos personales priman sobre el bienestar colectivo.

Son falsos profetas de los que debemos huir como de la peste.

Para concluir, os invito a escuchar "Año 2000" de Miguel Ríos, un visionario que hace cuarenta años predijo este futuro desolador. Os recomiendo prestar especial atención a partir del minuto 3. Ya me contareis. 

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