La escalada bélica en Ucrania y las propuestas de los líderes occidentales resultan alarmantes. Francia y Alemania lideran la retórica belicista; Francia, como segundo mayor fabricante de armas del mundo, y Alemania, posiblemente el tercero, son grandes exportadores de armamento, incluyendo carros de combate. ¡Qué coincidencia! Los principales productores de armas parecen inclinados a un conflicto con Rusia, lo cual, como mínimo, genera suspicacias.
Paralelamente, la prensa española difunde planes de movilización juvenil por edades en caso de guerra. Esta narrativa sugiere que nuestros hijos e hijas serían enviados al frente, alimentando el temor de una invasión rusa que, por extraña razón, llegará hasta Cádiz, violando y matando a su paso, claro está. Además, se promueve un plan perfectamente diseñado para fomentar el patriotismo y justificar que tus hijos e hijas mueran en la picadora de carne ucraniana.
Lo mejor de todo es que nuestros jóvenes van a defender "alegremente" un sistema y un modelo social que los oprime, los explota y los tiene idiotizados, o mejor, los considera tontos del culo. Si se creen que los jóvenes españoles no van a reaccionar ante esto, es que no los conocen.
Siempre he mantenido que si esto ocurre y que si me obligan a mí también a ir al frente, aun teniendo en cuenta mi escaso, por no decir nulo, aprovechamiento militar (ni como saco terrero), salto la trinchera y me paso a los rusos, como debe ser.