Uno de los grandes cuentos que nos ha colado esta izquierda modernista y "modernadora" es el derecho de autodeterminación de los pueblos, sobre todo el de Cataluña, fundamentado en no se qué diferenciación cultural entre otras, con el resto del suelo patrio español. Cuentos chinos se lo digo yo, porque hay más diferencias entre el barrio de Salamanca y el barrio de Carabanchel Alto de Madrid que entre Madrid y Cataluña.
Desde los planteamientos de izquierda que profeso, siempre he entendido que lo que no queremos los obreros y campesinos desde este internacionalismo proletario que llevamos en sangre es la existencia de más fronteras burguesas que nos oprimen y nos dividen.
Pero como he dicho antes, es lo moderno y lo guay, y si no tragas eres un españolo troglodita y no, eso no es así ya que lo avanzado es no ponerles más puertas al campo o parcelas al planeta Tierra.
Lenin, nuestro santo laico, defendía eso sí, el derecho a la autodeterminación de los pueblos por razones étnicas, nada más, y este modelo con una visión muy amplia o lo más amplia que he visto yo en la construcción de nuevo estado soviético, y que le costó unas arduas negociaciones por el modelo de estado con Stalin, defendía que el estado solo debería de mantener la política exterior y el ejército, todo lo demás sería competencias de la republicas que formaban la Unión.
Por lo tanto, y agarrándome a mi profeta Lenin yo soy partidario de que no existan mas fronteras y que si estas deben de existir que sean por razones étnicas.
