Para ser actor porno uno tiene que nacer, no se hace. No puedes ir a ninguna universidad a hacer un grado de eso ni una FP. Podríamos decir que el actor porno es el más real de los actores por muchas razones; no se finge (el hombre no), es lo que hay, y se presentan sin ropajes que cincele al actor en su personaje. Los diálogos los podrían interpretar hasta un mandril con pretensiones ya que carece de acentos territoriales entre otras cosas.
Con la cobardía con la que me ha dotado la naturaleza me vine abajo a la hora de intentar dar ese paso decisivo de ser un hombre bien formado y depilado en el mundo del porno. Y quien más daño me hizo, y me quitó el impulso definitivo de intentarlo, fue la campaña hecha por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación en su famoso eslogan, PEZQUEÑINES, ¡NO, GRACIAS! porque pensé en aquellos momentos de alta testosterona que en las puertas de las productoras de "cine de adulto" pondría ese mismo cartel ahuyentando a todos esos mequetrefes que como yo pretendía vivir del cuento sin pegar un palo al agua en las esclavizantes 8 horas de producción, ya que como habéis intuido, yo no daba la talla mínima, y esta es tan mínima que ni tan siquiera hubiera tenido valor mercantil para un pescador que me hubiera sacado en sus redes en el Gran Sol, en el mismo centro del Mar del Norte. Es decir mi talla no vale ni para sardina.
La vida es dura y esta va bajando con los años ¡y de que manera!
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