martes, 15 de noviembre de 2022

LENINGRADO


Nevsky Prospect en Leningrado, 1972

¿Quién no se acuerda de Leningrado? y no es que yo haya estado allí no, si no por lo mucho que he leído sobre la guerra fría y todas las tramas de espías que a lo largo y ancho de la Unión Soviética y de los paises del Este de Europa se han producido. 

Pero esa imagen de 1972 evoca otra muchas cosas más, como la escasez de tráfico rodado por su calles ya que era innecesario gracias a las extensa y buena red de transporte público, y el silencio casi de misa de domingo que existía por la buena educación recibida en la época soviética. 

Y me gusta sobre todo esa neblina permanente casi inapreciable debido a sus bajas temperaturas que invitaban a compartir el hogar con familia y amigos, y que permitía tocar música, leer o charlar sobre todo de forma distendida mientras las copas de vodka caían sin cesar por esas rudas gargantas. 

Leningrado como Moscú el algo que muchos llevamos dentro, y eso que no lo conocemos, que nos transporta a tiempos mejores, más igualitarios y más esperanzadores de lo que nos ha tocado vivir hoy y que de momento están en  stand by a la espera de reiniciar el sistema.  

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