Nevsky Prospect en Leningrado, 1972
|
Pero esa imagen de 1972 evoca otra muchas cosas más, como la escasez de tráfico rodado por su calles ya que era innecesario gracias a las extensa y buena red de transporte público, y el silencio casi de misa de domingo que existía por la buena educación recibida en la época soviética.
Y me gusta sobre todo esa neblina permanente casi inapreciable debido a sus bajas temperaturas que invitaban a compartir el hogar con familia y amigos, y que permitía tocar música, leer o charlar sobre todo de forma distendida mientras las copas de vodka caían sin cesar por esas rudas gargantas.
Leningrado como Moscú el algo que muchos llevamos dentro, y eso que no lo conocemos, que nos transporta a tiempos mejores, más igualitarios y más esperanzadores de lo que nos ha tocado vivir hoy y que de momento están en stand by a la espera de reiniciar el sistema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario