Esto era inaceptable para la banca española ya que querían esa parte del pastel que era enorme y patrimonio de todos, y había que acabar con ellas.
Y así fue. Las hicieron competir como si fueran bancos (y no lo eran) metieron en sus consejos de administración a ingente cantidad de políticos ladrones (PSOE, PP, IU...) a la par que sindicalistas asquerosamente putrefactos (CCOO, UGT...), y a directores (comprados) con la mirada puesta en fusionarse con un banco para ellos ser parte integrante del tinglado bancario del que formarían parte después.
Y se acabó de un plumazo todo. Atrás dejamos la banca pública y social, al director que conocía a todos y a cada uno de los impositores a los cuales trataba de tú a tú.
Las hundieron y las compraron a precio de saldo esa maldita banca que el mas decente de sus miembros debería de haber pasado por la cárcel.
En un país de ladrones ya se sabe....
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