Palpita mi corazón cada vez que veo una de las estrellas rojas que como soles lucen los altos edificios de Moscú. Estas sustituyeron a las espantosas águilas bicéfalas de los zares, símbolo del terror imperial.
Llegó la ansiada revolución proletaria que todo lo cambió y en su lugar se alzaron majestuosas las estrellas rojas de cinco puntas que simbolizan la unión de todos los trabajadores de los cinco continentes y su deseo de emancipación.
Hasta la fecha siguen ahí como guía de todo buen comunista que no ha renunciado a nada en esta santa hermandad de la estrella roja.
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