Pues ya lo tenemos aquí. El Tribunal Supremo de la pocilga hispana acaba de decir, ladrar, o relinchar, que va a abrir una causa penal contra Carles Puigdemont por un delito de terrorismo. ¿Alucináis? yo sí, y no es porque Puigdemont me preocupe, porque sinceramente me importa una castaña, si no por lo que viene detrás de esta decisión que luego os contaré.
Pero antes quiero hacer referencia a ese "gran líder de la izquierda" llamado Felipe González, la X de los GAL, que ahí sigue libre, si tan siquiera haberle mandado por lo menos un SMS algún tribunal para preguntarle sobre ese asunto (no hay que molestarle, que ahora -y siempre- es de los nuestros). Y no digamos al tal M. Rajoy, que ni la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) ni la CGI (Comisaría General de Información de la Policía Nacional) ni el tribunal supremo, ni ningún juez ni nadie ha sabido quien es ese señor ¡en que manos estamos!.
Volviendo a lo que os tenía que contar; la decisión de imputar al expresidente catalán un delito de terrorismo por las protestas callejeras organizadas por Tsunami Democrático, es un aviso a navegantes a los trabajadores que organicen protestas, con más o menos enfrentamientos con la policía por defender su pan, ya que serán acusados igualmente de terrorismo. No me digáis que este país no es un ascazo.
La pocilga cada vez está más sucia y no veo que nadie intente limpiarla.
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