Si había un juego que me gustaba muchísimo ese era jugar a la guerra. Pero nuestra guerra en contraprogramación a las de verdad era una guerra inocente. No sabíamos porque bando luchábamos ni porque que causa. Solo nos liábamos a tiros o "afusilabamos" a unos cuantos (unos sabía morir bien y otro daba pena verlos) y ya está. Sin odios ni rencores.
La de verdad es mucho mas seria. Allí si hay muertos, heridos, desaparecidos y un largo etcétera de desgracias. Por eso todas las guerras son genocidas, va en su ADN. La guerra se asemeja a una compensación violenta de una diferencia de potencial social o política de idéntica manera por la cual se producen los rayos en la atmosfera, y en este caso los rayos son los cañones, tanques y fusiles.
Uno de los momentos mas desoladores que debe de existir para un se humano es enfrentarse a un pelotón de fusilamiento. Es el fracaso de la humanidad en un solo acto; desgarrador y cruel, un sinsentido del ser humano.
Miguel Gila lo supo bien. El fue fusilado por un pelotón de fascistas en plena Guerra Civil, pero fue tan buen actor y supo hacerse tan bien el muerto que paradójicamente eso le salvó la vida.
Para terminar un dicho: "solo se ha fusilado a la gente una vez" afortunadamente.
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