Cuando uno sale a pasear por la inmensidad del cosmos a parte de perder un poco la orientación, debe de pasársele muchas cosas por la cabeza.
Si yo fuera uno de ellos, carezco del valor que se necesita para ello que quede claro, me sentiría un ser insignificante a la vez que miserable por maltratar tanta belleza dado mis hábitos de consumo impuestos por estos desalmados que nos gobiernan y nos explotan. No sé si allá arriba se pondrá en duda nuestro ateísmo y pasará como en una trinchera (desconocida) de cualquier guerra en cualquier parte del mundo, donde dicen que hay más creyentes que en ningún sitio ya que alguien o algo ha creado este equilibrio matemático perfecto,
Aun así y al margen de todo esto, observar el Cáucaso, Crimea o el Volga es algo que solo unos pocos son los elegidos para hacerlo, y a los demás solo nos toca disfrutar de las experiencias de otros lo cual, como humano, agradezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario