La toma de Berlín por parte de las tropas soviéticas, acabar con el nazi-fascismo, y colocar la gloriosa bandera roja con su hoz y martillo con la estrella roja de cinco puntas en lo alto, en las mismísimas narices del Reichstag donde la jauría de asesinos se reunían, es como poco para tener un orgasmo.
Hoy se difunde por tierra mar y aire que los nazis se disolvieron pacíficamente por aburrimiento y que si hubo un tiro o algo parecido a una escaramuza fue gracias a los aliados occidentales. Los soviéticos ni se les esperaba, ni quisieron aparecer, eso nos vienen a decir. Es la la forma de echar azúcar al nazismo que hoy en día pretende la Unión Europea y todos aquellos aliados del imperio del mal de los EE.UU.
Esa fotografía bien vale un justo reconocimiento del comunismo/socialismo a la hora erradicar lo peor del ser humano que muchos pueblos llevan dentro.
Berlín bien vale una bandera comunista ondeando en el mejor sitio de la ciudad.
Ya se sabe el capitalismo empieza las guerras y el socialismo las acaba (@JoseDeHaro8).
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